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El nivel de insatisfacción y fracaso de los programas educativos en nuestro país es evidente (Casi un 30%). Los padres se frustran por el fracaso escolar de sus hijos, porque ven que no alcanzan los resultados esperados, que no están motivados,  que no responden, o se les tiene que medicar para que permanezcan quietos en el aula. El nivel de frustración y de presión para el o la menor es mucho más grave; desde pequeño en el sistema educativo tradicional se le presiona para que se adapte a unos requerimientos, y si no lo hace de la forma que se le exige se le fuerza hasta que se consigue o no y entonces se le expulsa.

Un nuevo proyecto que merece la pena apoyar y aplaudir es la creación del Colegio Kokoro en Alcalá de Henares. Un novedoso colegio cuyo nombre llamativo significa, en japonés, corazón. Se busca lo que hay dentro de cada persona, el espíritu, el alma. Nace de unas madres cuyos hijos se acercaban a la educación primaria y consideraron que la mejor opción para ellos era crear un espacio educativo donde apostar por una educación más personalizada siguiendo el modelo de colegios americanos. Buscaron una ubicación en plena naturaleza y se pusieron manos a la obra. Parte de una base de «Aprender en la naturaleza»y de esta forma el colegio tiene huerto, animales, donde los menores pueden cuidar y responsabilizarse de seres vivos y también un taller donde explorar y practicar lo que van aprendiendo.

Se trata de que los niños puedan encontrar lo mejor de su esencia trabajando también con las emociones, algo muy ausente en la educación tradicional. En la mayoría de los colegios éstas no se afrontan. No se nos educa en conocer, entender y manejar nuestras emociones; simplemente se anulan,evitan o se las permite explotar, lo que nos hace al final ser presos de las mismas y tener infinidad de conflictos mal resueltos; un alto coste cuando se es niño y dramático cuando se es adulto. La consulta psicológica está llena de personas que no saben guiar sus emociones.

Su manera de abordar el aprendizaje es a través de la implicación e investigación del propio niño; el profesor es un guía, un acompañante que favorece que cada niño explore lo que más le interese facilitándole materiales determinados según el nivel madurativo específico de cada niño; partiendo de que hay diferentes tipos de inteligencia: espacial, matemática, musical, plástica, etc.. Todo esto se basa en  la educación Montessori que rompe con la educación tradicional donde el niño tiene un papel muy pasivo y el profesor es el que dirige. El modelo Montessori se basa en respetar a cada niño y potenciar su capacidad de aprender, por lo que en un tipo de centro como el Colegio Kokoro es el niño el que elige y va autodisciplinándose. Se responsabiliza y adquiere un conocimiento de sí mismo y de sus emociones (aspectos que por desgracia en la educación tradicional se cohíben y limitan). Además hay un trabajo en grupo lo que implica que puedan darse experiencias de aprendizaje cooperativo, del que hablaré en otro post, y del que soy claramente partidaria.

Todo esto favorece que se dé un conocimiento real de cada niño como ser humano diferente y valioso, un respeto a su ritmo de desarrollo e intereses, un descubrimiento y reconocimiento de sus emociones y de las de los demás, una educación basada no solo en la paz sino en una forma no dañina de resolver y afrontar los conflictos que puedan darse con unos valores humanos que guían sus actuaciones.

Desde Un Terapeuta Fiel valoramos el esfuerzo del proyecto y su puesta en marcha, os apoyamos y esperamos que cada vez haya más niños educados de una forma más personalizada potenciando sus recursos personales, y sobre todo conociendo y  entendiendo sus emociones y las de los demás, para en el siguiente paso saber redirigirlas. ¡ÁNIMO!

 Web del colegio

El fracaso escolar sale caro

 

www.akanapsicologia.com                                                       

Alejandra Luengo

Hace más 20 años empecé a acompañar a personas que han sufrido y siguen sufriendo. Me licencié en Psicología y he realizado diferentes Máster relacionados con la práctica clínica, las relaciones familiares y el Trastorno Límite de Personalidad. Mi trabajo ha sido la atención psicoterapeutica en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, en diferentes Organizaciones y Fundaciones y en la consulta privada. En estos años he trabajado con traumas en la infancia y en la vida adulta, relaciones de dependencia, duelos, depresión, ansiedad que impiden que la persona pueda ser protagonista de su vida y no una mera marioneta de sí mismo y de los demás. Todo lo vivido, si no se analiza y reflexiona, se vuelve un acumulador de experiencias negativas que nos hace enfermar a nivel mental y nos afecta en la identidad, autoestima e integridad personal. En nuestro Centro Sanitario realizamos terapia individual, de pareja y familiar desde una integración de modelos como es el Cognitivo Conductual, Psicodinámico, Sistémico y EMDR.

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