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Los valores que publicita el sistema educativo en la teoría son la ciudadanía, la igualdad, la paz pero la realidad es que hay episodios constantemente de conflictos y o no se abordan, o se incrementan y no se solucionan. No se resuelven los conflictos de forma consensuada sino de forma impositiva se finalizan temporalmente. Al final el sistema a menudo daña lo personal, lo particular, lo individual por intentar englobar a todo el alumnado (frecuentemente no hay medios para centrarse en las posibilidades de cada alumno/a). Lo afectivo queda aparcado cuando eso es lo que van a utilizar más esos niños y niñas en su vida y lo que les va a permitir valerse más por sí mismos y lograr ser más felices. Si un chico no cree en sus capacidades, dificilmente las podrá mostrar.

Haciendo un cálculo aproximado un niño pasa más de 22.000 horas de su vida en la escuela donde aprende a ser obediente, a cumplir y pertenecer a un sistema que excluye a los que se salen de lo aparantemente «normal»; que si ese niño o niña es hiperactivo, que si desafía mucho, que si no se concentra, que si es vago o vaga. ¿Se han preguntado o han podido cuestionarse qué se le da bien a ese niño o niña a esa edad?, ¿Qué se puede incrementar de sus capacidades?, ¿si se aburre?. Al final parece que se prohibe conocer al ser humano, a la persona que tenemos delante de forma específica. En definitiva, tiene que ser el niño el que se tenga que «encasillar» dentro de unos parámetros, y si no los cumple se le «etiqueta» y excluye. Esto pasa continuamente y nos aboca a menudo al fracaso educativo.

Para una verdadera educación es fundamental que el niño se vaya conociendo, eligiendo por sí mismo, según sus capacidades con la orientación y apoyo de un profesional. Un ejemplo de buenos resultados son las escuelas Montessori que se extienden en 110 paises del mundo, en ámbitos de educación formal y no formal, privada y pública, y en distintos contextos económicos, sociales y culturales. Por ejemplo el gobierno de la provincia de Zhejiang, China, decidió adoptar el programa Montessori en la escuela pública; en los EEUU hay 6000 escuelas Montessori, 500 de las cuales son públicas; la educación Montessori ha sido adoptada también por programas para la infancia en contextos de pobreza y crisis social. El propósito que buscan es liberar y potenciar las habilidades y recursos del niño en un ambiente estructurado con el apoyo de un educador que es un guía que va proponiendo desafíos, novedades e incrementa las potencialidades del menor adaptándose al ritmo y valorándose cada logro que se tenga no fomentando la competencia.

Otro ejemplo de buenas experiencias educativas son las aulas cooperativas donde se promueve un trabajo no de competencia, sino que se refieren a una enseñanza donde se organiza la clase en pequeños grupos mixtos y heterogéneos donde los alumnos trabajan conjuntamente de forma coordinada entre sí para resolver tareas académicas y profundizar en su propio aprendizaje. De esta forma los objetivos de los chavales están estrechamente relacionados porque  uno «sólo puede alcanzar sus objetivos si los demás consiguen alcanzar los suyos». En definitiva esa forma de crecer y ganar todos. Tom Barrett pionero y firme defensor de este tipo de educación tiene multiples modelos de trabajo en el aula con valiosos resultados científicos. De esta forma mediante este tipo de educación se fomentan las interacciones y la influencia recíproca, la coresponsabilidad, la construcción de conocimientos compartidos, el aprendizaje, el establecer una cultura basada en la ayuda y en el apoyo mutuo, propiciando un entorno favorable. Los resultados son muy prometedores y nos indica que otro tipo de educación en en aula es posible y mejor. En el Colegio Padre Piquer de Madrid donde conozco la experiencia los resultados de las aulas cooperativas han implicado un notable crecimiento del aprendizaje del alumnado.

No podemos dejar de lado que la persona se va construyendo a sí misma a través de ir explorando el mundo; equivocándose, interactuando con otros, y las emociones están continuamente presentes, nos permiten conocernos y elegir. El juego es fundamental para aprender de la vida; los recreos de las escuelas, tan poco valorados desde la perspectiva de aprendizaje vivencial, son espacios puros de enseñanza vital que pasan inadvertidos o desvalorizados y donde cada relación e identidad se va corrigiendo, modificando y afianzando en la propia interacción. Experiencias en programas de convivencia y de mediación escolar han mostrado resultados objetivos de disminución en la cronificación de conflictos, mayor detección de casos de aislamiento o acoso, etc.

 Por ello en la escuela, como en la familia, se pueden frustrar o potenciar las capacidades de cada persona particular. Se está en continuo aprendizaje, imaginación, labor creativa y a menudo se restringe valorándose más el saber, por ejemplo algoritmos, que el tocar un instrumento musical, o saber comunicarnos de forma clara y no violenta. Educación es enseñar a desenvolvernos en la vida, es instruir. Mucho de lo que aprendemos en la escuela se nos va a olvidar pero la forma en la que se desarrolla no. Todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes están guiadas por valores, creencias, prejuicios, costumbres ….eso se transmite dentro y fuera del aula por eso habrá que tener en cuenta que son más de 22.000 horas dentro de la escuela; tres o cuatro veces más que en casa.

 www.akanapsicologia.com   

 Alejandra Luengo

Hace más 20 años empecé a acompañar a personas que han sufrido y siguen sufriendo. Me licencié en Psicología y he realizado diferentes Máster relacionados con la práctica clínica, las relaciones familiares y el Trastorno Límite de Personalidad. Mi trabajo ha sido la atención psicoterapeutica en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, en diferentes Organizaciones y Fundaciones y en la consulta privada. En estos años he trabajado con traumas en la infancia y en la vida adulta, relaciones de dependencia, duelos, depresión, ansiedad que impiden que la persona pueda ser protagonista de su vida y no una mera marioneta de sí mismo y de los demás. Todo lo vivido, si no se analiza y reflexiona, se vuelve un acumulador de experiencias negativas que nos hace enfermar a nivel mental y nos afecta en la identidad, autoestima e integridad personal. En nuestro Centro Sanitario realizamos terapia individual, de pareja y familiar desde una integración de modelos como es el Cognitivo Conductual, Psicodinámico, Sistémico y EMDR.

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