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Hace menos de una semana FEAFES, la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental comenzó una campaña que ha vestido las calles de la ciudad de Madrid de mensajes que contradicen con sus imágenes los prejuicios y estigmas hacia la enfermedad mental. Los poster, en metros y marquesinas de autobús, explican que “gracias a la ayuda de profesionales de la Salud Mental y de las asociaciones de pacientes y familiares, al acceso al tratamiento adecuado y la integración y aceptación social, las personas con enfermedad mental pueden tener, hoy en día, una vida normal”.

¿Pero queremos que las personas que padecen una enfermedad mental tengan una vida normal? Parece que precisamente lo que evitamos es eso a través de nuestros prejuicios, la estigmatización y un enfoque distorsionado del tratamiento. Y es que a través de esa construcción del estigma se logra una desaprobación social caracterizada por características o creencias personales que son percibidas como contrarias a lo que se entiende como «normal».

Cuantas veces he escuchado a personas aparentemente cultas y de entornos formados:

«Me da miedo esta persona porque está «loca» y me puede hacer algo . Creemos erróneamente que son personas violentas y eso nos asusta pero la enfermedad mental no conlleva violencia; en absoluto.

«Son personas raras» Se la quiere ver muy lejos de nuestra vida y se quiere mantener distancia; no quiero que estén a mi alrededor, que trabajen conmigo, que se mueva en mi contexto, etc.

En eso radica el estigma; en verlo desde la distancia, desde lo extraño, ajeno, diferente y que refuerza erróneamente eso, no lo diferente, porque todos somos distintos, sino en enfatizar la enfermedad mental como aquello que nos separa. Así se deja de lado el que la persona pueda ser inmensamente inteligente, creativa, cariñosa, amable, educada o buen profesional en su trabajo, quedando enganchado a la enfermedad mental. Si a una persona que padece una diabetes no se le presentaría como diabético en la primera toma de contacto, ¿Por qué con la enfermedad mental se hace?

Todo esto limita a las personas que padecen una patología psiquiátrica a la hora de trabajar; cuando se les deniega el derecho a desempeñar un empleo pensando erróneamente que no son capaces. No nos confundamos, precisamente una de las mejores formas de que la persona pueda no estar limitada por su enfermedad mental es el trabajo ya que es una de las vías más importantes para que la persona pueda sentir una cierta autosatisfacción personal y un sentimiento de autovalía que implica que también pueda estar más centrada y ser un beneficio para la sociedad en ve de quedar aislada.

Imagina si una persona que padece una esquizofrenia o una depresión grave se levanta todos los días y no tiene nada que hacer; que en el entorno le ponen la etiqueta de «loco/raro/peligroso/malo/sin lugar social». Es desesperante, e incrementa el estado de gravedad de la enfermedad mental, porque la persona se aísla más, se encuentra peor y se ve más incapaz. La exclusión social queda entonces a la vuelta de la esquina y lógicamente se pueden dar situaciones de violencia. Una paciente que he acompañado durante varios años y que padece una depresión grave de tipo crónico tras el fallecimiento de su marido hacía siete años, ha progresado notablemente gracias a encontrar un trabajo y tener una rutina y una actividad laboral en la que ha permitido relacionarse con otras personas y sentirse capaz.

No es sorprendente que actualmente nuestra salud mental se ha visto mermada por la crisis económica y por todas noticias negativas y demoledoras que nos acosan diariamente «Las cifras de patologías graves, como esquizofrenia o trastorno bipolar se mantienen estables, pero han aumentado enormemente los casos de ansiedad, angustia y depresión, que pueden desencadenar  en otros más graves», ( palabras de José María Sánchez Monge, presidente de Feafes.)

Si una persona tiene un seguimiento continuado va a tener menos recaídas; un enfoque que englobe un tratamiento farmacológico, intervención psicológica – familiar y por supuesto un enfoque para la reinserción laboral. Por desgracia la mayor parte de la inversión pública se centra en los ingresos hospitalarios y en tratamientos farmacológicos. Esto no soluciona en absoluto la problemática existente y las recaídas en este tipo de enfoque son frecuentes. Así me comentaba un paciente diagnosticado con Trastorno de Ansiedad Generalizada que lleva 20 años con tratamiento farmacológico y ahora, combinando éste con la psicoterapia siente que está pudiendo salir del pozo donde había estado inmerso y que le desesperaba al sentirse impotente por estar «esclavizado» a la medicación.

Nuestro hundimiento es pensar que la enfermedad mental no nos salpica o no nos pude tocar; en absoluto. El porcentaje de personas que a lo largo de su vida padecen una enfermedad mental es de un 25% según la OMS, librarnos de nuestros prejuicios facilita que podamos conocer a las personas que hay primero; pueden ser nuestra madre/padre/hermano/pareja/compañero de trabajo;/hijo/amiga, podemos ser nosotros y nosotras.

 Para más información

http://www.esquizofrenia24x7.com/

www.akanapsicologia.com                                                       

Alejandra Luengo

Hace más 20 años empecé a acompañar a personas que han sufrido y siguen sufriendo. Me licencié en Psicología y he realizado diferentes Máster relacionados con la práctica clínica, las relaciones familiares y el Trastorno Límite de Personalidad. Mi trabajo ha sido la atención psicoterapeutica en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, en diferentes Organizaciones y Fundaciones y en la consulta privada. En estos años he trabajado con traumas en la infancia y en la vida adulta, relaciones de dependencia, duelos, depresión, ansiedad que impiden que la persona pueda ser protagonista de su vida y no una mera marioneta de sí mismo y de los demás. Todo lo vivido, si no se analiza y reflexiona, se vuelve un acumulador de experiencias negativas que nos hace enfermar a nivel mental y nos afecta en la identidad, autoestima e integridad personal. En nuestro Centro Sanitario realizamos terapia individual, de pareja y familiar desde una integración de modelos como es el Cognitivo Conductual, Psicodinámico, Sistémico y EMDR.

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