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Navidad. Luces en las calles, bolsas en las manos, cenas, comidas, polvorones, alcohol, turrón, belenes, Papa Noel, cabalgata, y gente, mucha gente de todas las edades por todos los sitios. Llega la Navidad.

Hace dos semanas la zona centro de Madrid salió en el telediario por las grandes aglomeraciones que se concentraron allí. Era fácil que se generasen situaciones de tensión ante tanta muchedumbre y tal falta de espacio individual.
Estos días de Navidad dan para mucho; son espacios de encuentro, de compartir y de reunión, pero también al ser tiempos de encontrarse, son momentos de gran intensidad donde pueden aflorar aquellas heridas aparentemente encubiertas que afectan psicológicamente.
Un paciente me comentaba hace unos días que pasa las Navidades en su ciudad natal con su familia, y que la vida que ha construido a cientos de kilómetros de allí se le tambalea en ese periodo porque siente que le trae a esa época en la que el dependía de sus padres, o que le trataban de una forma que le hizo daño. Otra persona me relataba en la psicoterapia como en Navidad han tenido que salir alguna vez de la casa donde se celebraba sin finalizar la comida por una disputa familiar. Uno de los momentos donde más personas solicitan psicoterapia es tras las navidades; cúmulo del comienzo del año y planteamiento de nuevos objetivos, reforzado por a menudo una sensación de «agobio» tras el periodo estival.

Algunos consejos para favorecer que estos días sean más de disfrute que generadores de ansiedad:

– Dosificar; poder tener espacios personales dentro de tanto «compromiso» o que esos mismos puedan ser más cortos.

Ser asertivo; poder decir lo que uno piensa pero sin atacar al otro agresivamente. Con esto también añadiría ser oportuno ya que en numerosas ocasiones merece la pena callar y no desencadenar una discusión que en ese momento no va a poder ser resuelta.

No beber en exceso alcohol; aparte de por todos los motivos de salud física, el alcohol puede parecer estimulante y desinhibidor lo que conlleva que la persona pueda perder el autocontrol  en un primer momento con reacciones de agresividad o desinhibidas, pero realmente es un depresor del sistema nervioso que adormece las funciones sensoriales.

– Hacer ejercicio físico; caminar, correr, bicicleta, gimnasio como ese espacio de oxigenación que es muy necesario.

No dejarnos llevar por el consumo excesivo; un niño necesita jugar pero no tantos juguetes que es incapaz de apreciar lo que desea. Cuando muchas madres y padres dicen que quieren para su hijo lo mejor no puede ser que se limite a lo material; tiempos de calidad y de juego. Esto es importante para no «sobrecargarnos» con la idea de que en navidad todo tiene que ser a lo grande, y que si no se tiene es frustrante o culpabilizador. 

– No percibir el compromiso exclusivamente sino también el momento de encuentro y de compartir; para eso no hace falta gastar mucho dinero, ni grandes comilonas, ni regalos carísimos.. Lo que sí es necesario es saber conversar, poder compartir, recolocar el pasado y nuestra historia familiar para que no nos enganche y dañe.

El pretender cambiar a la familia que tenemos los días de Navidad es irreal; Es como si les pidiésemos que no fuesen quiénes son. En la medida que nosotros nos vayamos situando de distinta manera a la hora de percibirnos y colocarles a ellos, nuestras relaciones podrán ser diferentes. Lo que está claro es que aunque nos reunamos a menudo, no se es más familia o nos queremos más en Navidad.

Y para finalizar señalar que en familias con niños/as cualquier momento del año es importante para transmitir valores ya que lo acaban interiorizando los hijos es por el día a día de lo que observan en su casa, no por lo que ven o se les dice dos semanas al año.

  


www.akanapsicologia.com                                                       

Alejandra Luengo

Hace más 20 años empecé a acompañar a personas que han sufrido y siguen sufriendo. Me licencié en Psicología y he realizado diferentes Máster relacionados con la práctica clínica, las relaciones familiares y el Trastorno Límite de Personalidad. Mi trabajo ha sido la atención psicoterapeutica en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, en diferentes Organizaciones y Fundaciones y en la consulta privada. En estos años he trabajado con traumas en la infancia y en la vida adulta, relaciones de dependencia, duelos, depresión, ansiedad que impiden que la persona pueda ser protagonista de su vida y no una mera marioneta de sí mismo y de los demás. Todo lo vivido, si no se analiza y reflexiona, se vuelve un acumulador de experiencias negativas que nos hace enfermar a nivel mental y nos afecta en la identidad, autoestima e integridad personal. En nuestro Centro Sanitario realizamos terapia individual, de pareja y familiar desde una integración de modelos como es el Cognitivo Conductual, Psicodinámico, Sistémico y EMDR.

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