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Las personas mayores viven una etapa de su vida de gran importancia, ya que se encuentran en un momento vital donde se conjugan diferentes aspectos que se pueden vivir de diferentes maneras. Por un lado hay una realidad y son las pérdidas. Las personas mayores pueden sentir que van perdiendo constantemente, la ausencia de familiares y amigos, la sensación de limitación de actividad, de salud o de respuesta corporal. Esto, que son circunstancias vitales normales en las personas mayores y que requiere una necesidad de adaptación grande para ajustarse a su nueva realidad, se ven incrementadas por la situación actual de la pandemia y su larga duración. Si una persona con quince años siente que el año 2020 y parte del 2021 se lo ha podido perder, pero cuenta en principio con mucho que vivir, las personas mayores sienten que se les está robando gran parte del tiempo que les puede quedar. Muchas personas mayores sienten un peligro y una sensación de que lo pueden perder todo. Muchos, han dejado de salir y de relacionarse con otras personas por miedo a infectarse y fallecer. Las consecuencias a lo anterior son nefastas. Se incrementa el sentimiento de vulnerabilidad, de indefensión y por tanto de angustia, lo que aumenta la sensación de impotencia y de haber perdido todo, generando un ánimo depresivo y una apatía generalizada. 
Muchas personas están preocupadas por sus padres mayores, la ambivalencia entre estar y no exponerles al riesgo de ser contagiados, su salud mental, su aislamiento, su deterioro a todos los niveles. 

El cambio físico de una persona de ochenta años en veinte meses es inmensamente mayor al de una persona más joven, todo el deterioro es más fácil que se intensifique y es prácticamente imposible de recuperar. Quizás lo más importante, es evitar que las personas mayores queden en un pseudo aislamiento y sedentarismo.

De forma general hay dos aspectos fundamentales para las personas mayores y que en este último año se han visto casi anulados: por un lado las actividades deportivas, moverse y mantener el cuerpo activo es clave para seguir con una buena salud, salir a caminar es imprescindible y muchos lo han dejado de hacer con consecuencias nefastas para sus articulaciones, aumentó de tensión arterial, sobrepeso, ritmo cardíaco, etc. Por otro lado el aislamiento social y el consumo abusivo de las noticias radicaliza el sentimiento de vulnerabilidad e indefensión, favoreciendo que la persona caiga en un ánimo ansioso depresivo. 

Hay personas mayores que eran independientes y ahora se ven incapaces de realizar cualquier actividad cotidiana solas y acaban en las consultas de atención primaria, aumentándose su consumo de antidepresivos y ansiolíticos. Su sociabilidad es clave, poder ver a sus hijos, a sus nietos, a sus amigos dando un paseo, en un parque resulta necesario, darles alguna responsabilidad pequeña que puedan asumir y aumente su sensación de valía y autoestima, enseñarles el manejo online para participar en grupos de sus barrios o de temas que les pueda interesar, iniciar una terapia, sea presencial u online, es una manera de poder socializar y afrontar una situación difícil haciéndolo frente y valorando todas sus capacidades, no haciéndose pequeño y vulnerable. 

Las personas mayores es preocupante que parte de esos últimos años que les quedan lo vivan desde la tristeza, agobio y pérdida. No se lo merecen. Vacunarles, aparte de protegerles físicamente, favorece que también puedan recargarse mentalmente, pero el resto de la población tenemos una responsabilidad con nuestros mayores, cuidarles, prestarles atención, favoreciendo la socialización protegida, conlleva que su estado a todos los niveles mejore. 

Hace más 20 años empecé a acompañar a personas que han sufrido y siguen sufriendo. Me licencié en Psicología y he realizado diferentes Máster relacionados con la práctica clínica, las relaciones familiares y el Trastorno Límite de Personalidad. Mi trabajo ha sido la atención psicoterapeutica en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, en diferentes Organizaciones y Fundaciones y en la consulta privada. En estos años he trabajado con traumas en la infancia y en la vida adulta, relaciones de dependencia, duelos, depresión, ansiedad que impiden que la persona pueda ser protagonista de su vida y no una mera marioneta de sí mismo y de los demás. Todo lo vivido, si no se analiza y reflexiona, se vuelve un acumulador de experiencias negativas que nos hace enfermar a nivel mental y nos afecta en la identidad, autoestima e integridad personal. En nuestro Centro Sanitario realizamos terapia individual, de pareja y familiar desde una integración de modelos como es el Cognitivo Conductual, Psicodinámico, Sistémico y EMDR.

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